lunes, 31 de enero de 2011

Estreno: "El discurso del rey" (Tom Hooper, 2010)

De entre las muchas virtudes de esta película del director londinense Tom Hooper cabría destacar, tal vez, el impecable trabajo del reparto encabezado por dos de los mejores actores de los que puede se disfrutar en la actualidad, Geoffrey Rush y sobre todo Colin Firth, secundados por un auténtico plantel de lujo que incluye a Helena Bonham Carter, más comedida y elegante de lo que últimamente nos tiene acostumbrados, Derek Jacobi, Michael Gambon, Guy Pearce o Claire Bloom.

De un guión extraido de una mera anécdota, que en otras manos apenas daría para completar un sencillo mediometraje, Tom Hooper extrae auténtico oro realizando un finísimo examen de caracteres a la vez que una acertada disección de los mecanismos del poder ayudado, además de por el impresionante trabajo actoral, por un exquisito diseño de producción y por el extraordinario libreto con el que nos ha sorprendido el, hasta ahora guionista de televisión y de largometrajes de animación para la Warner, David Seidler.

Hooper, que ya dio muestras de su talento como director de actores en su anterior y notabilísima "Damned United" (en la que consiguió la que probablemente sea la mejor actuación de Michael Sheen hasta la fecha), se muestra como un maestro de los tempos conduciendo con pulso firme un metraje que no llega a hacerse excesivo en ningún momento y que, a ritmo de crescendo, nos aboca a un emocionante clímax final acompañado por la música de Beethoven.

Son muchas y muy interesantes las lecturas que ofrece la película, desde una historia de lucha personal por la superación hasta una radiografía de la amistad entre dos hombres totalmente diferentes, pasando por un retrato de los mecanismos del poder monárquico a principios del siglo XX pero, sobre todo, un certero análisis del poder de la comunicación audiovisual y de la importancia de la calidad del mensaje por encima de su contenido, representado magistralmente en la escena en que el rey tartamudo escucha admirado un discurso de Hitler y reconoce que a pesar de no saber lo que dice, lo dice muy bien.

Pero Hooper no es sólo un director de actores y se empeña en demostrarlo a base de elocuentes planos meticulosamente compuestos y magníficas escenas como las de las sesiones de tratamiento del rey o el exquisitamente fotografiado paseo por el parque bajo una niebla que, poco a poco, se va dispersando y dando paso a un día soleado.

Es "El discurso del rey", en definitiva, un auténtico festín para los amantes del buen cine, un banquete para los sentidos en el que la avidez por la belleza estética, el talento actoral, la inteligencia en los diálogos o la precisión en la reconstrucción histórica se verá ampliamente satisfecha.


Nota: 8,5

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