lunes, 9 de marzo de 2009

Estreno: "Watchmen" (Zack Snyder, 2009)

Alan Moore hace tiempo que perdió la esperanza en el cine como vía de narración alternativa para sus complejas historias gráficas. Si bien "From Hell" era una discretísima cinta que apenas contenía un ápice de la intención crítica con la sociedad victoriana que albergaba el cómic original, la horrorosa "La liga de los hombres extraordinarios" se recordará como una de las más bochornosas y denigrantes adaptaciones al cine jamás perpetradas.

La cosa mejoraría notablemente con la estimable "V de vendetta" donde unos hermanos Wachowsky en la sombra dejaban notar su influencia en el resultado final del estupendo debut del director James Mc Teigue. A pesar de ello Alan Moore no quiso aparecer ni en los créditos despotricando sobre la omisión en la película del profundo mensaje anárquico que contenía el cómic original.

Y por fín, tras años de preparación, pasar por multitud de manos y de reescrituras de guión, llega en 2009 la esperadísima adaptación del considerado mejor comic de la historia, cumbre de un género "menor" publicado entre 1986 y 1987 en formato de 12 entregas y que, por supuesto, es la obra maestra de su creador y guionista, Alan Moore. Para variar, Moore se ha abstraído del proyecto y ni siquiera aparece acreditado en la cinta, tercera del director Zack Snyder, a pesar de contar con muchas papeletas para reconciliar al autor del cómic con el Séptimo Arte.

No es esta una adaptación excesivamente fiel al cómic original, más aún considerando que su ya de por sí excesiva duración (163 minutos) no permitiría ni al más sintético de los directores abordar una trama tan excesivamente compleja e incluir todos los detalles que el formato original contiene. Sí es, sin embargo, una excelente cinta de acción espléndidamente rodada que confirma a su director como uno de los referentes en lo que a entretenimiento de calidad se refiere, tras sus magníficas "El amanecer de los muertos" y "300".

Muchos de los detalles que comienzan a trazar la personalidad de Zack Snyder como cineasta vuelven a aparecer en esta ocasión: obsesión por los cuerpos esculturales, escenas de violencia impecablemente coreografiadas, uso moderado de la cámara lenta, una fotografía impecable, detalles gore por doquier, y sobre todo un sentido solemne del homenaje, habida cuenta que su filmografía está sustentada precisamente en ello: "El amanecer de los muertos" era una espectacular adaptación del "Zombi" de George A. Romero y sus dos siguientes cintas adaptaciones de sendas novelas gráficas.

A pesar de la imposibilidad física para abarcar la gran cantidad de información que aparece en la novela gráfica original, la cinta de Snyder contiene intacta la esencia de la obra y mediante un punto de vista narrativo que se vé alterado en función del personaje que nos sirva de guía en cada momento, asistimos a las profundas reflexiones de cada uno de ellos sobre la existencia de Dios, la fragilidad de la paz mundial, lo milagroso de la existencia humana o la verdadera naturaleza de los héroes.

Pero la obra es, ante todo, una ingeniosa reflexión sobre lo humano que hay en el héroe, la erótica del poder, la psicopatología que acecha detrás de todo justiciero y el precio que se paga por defender unos principios. Desde unos créditos iniciales absolutamente prodigiosos al ritmo de "The times are a-changin´" de Bob Dylan en los que se repasa la reciente historia mundial (desde los años 40 hasta los 80) en el supuesto de que los superhéroes hubieran existido hasta un desenlace algo precipitado (extremo que suponemos se corrija en la versión de 210 minutos que el director prepara para su próximo estreno), "Watchmen" se revela como la alternativa oscura a esa obra maestra de Pixar que fue "Los increíbles" y sobre todo como una gran película de superhéroes más cercana a la maravillosa "El caballero oscuro" que a las estimables "Spiderman", "Superman" o "X-men", con la que comparte guionista.

En el reparto, plagado de rostros poco conocidos con la sana intención de guardar una máxima fidelidad física al cómic original, destacan el televisivo Jeffrey Dean Morgan como un inquietante "Comediante", las bellas Carla Gugino y Malin Akerman y el nominado al oscar Jackie Earle Haley como un estupendo "Rorscharch", auténtico protagonista de la cinta y a través de cuyo diario somos testigos de sus demonios internos y la lucha que mantiene para aplacarlos.

Con una factura formal inmejorable y plagada de grandes clásicos de la música del siglo XX (Leonard Cohen, Simon & Garfunkel, Nena, Janis Joplin, Jimmy Hendrix, el mencionado Dylan), "Watchmen" no es la obra maestra que clama ser por una simple imposición de tiempo. Las posteriores versiones (una para cine de 210 minutos y otra para la edición en DVD de 250) puede que hagan justicia con esta extraordinaria adaptación de la obra cumbre de Alan Moore. Las esperamos con inquietud.


Nota: 8,5

lunes, 23 de febrero de 2009

Estreno: "Revolutionary Road" (Sam Mendes, 2008)

April Wheeler, espléndidamente interpretada por la flamante oscarizada Kate Winslet, posa ante la ventana de su casa en la calle "Revolutionary Road" contemplando lo que podría ser su nueva vida justo antes del desenlace de la historia. Sirva esta extraordinaria escena como auténtica declaración de estilo de ese cineasta con mayúsculas que es Sam Mendes, responsable de dos de las mejores cintas de la pasada década, la estupenda "American Beauty" y esa obra maestra que es "Camino a la Perdición", y que a su vez sirve como nexo de unión con ambos trabajos mostrando en todos ellos la imposibilidad de la felicidad completa y el coste que pagan quienes la buscan a cualquier precio.

Este sórdido retrato de la clase alta americana en una época en la que los prejuicios pesaban más que las razones del corazón a la hora de tomar decisiones vitales es en realidad un retrato del fin de la espontaneidad en aras del conformismo, del fin del amor vencido por el materialismo, del fín de las personas engullidas por sus roles sociales y familiares. Y a pesar de que aparentemente la época histórica funciona como un personaje más determinando muchas de las actuaciones de los protagonistas, constatamos que sus principales motivos continúan vigentes hoy en día.

Dos actores superdotados y con una química fuera de toda duda como son Leonardo Di Caprio y Kate Winslet cargan con el peso de una cinta en la que lo mostrado contrasta con la terrible violencia psicológica soterrada que esconden unos inmaduros protagonistas a los que un vecino con trastornos psicológicos tiene que cantarles las verdades a la cara en una de las mejores escenas del año (inmenso también Michael Shannon en su mejor papel hasta la fecha).

La sobria partitura del excelente Thomas Newman y la gélida fotografía de Roger Deakins crean el ambiente perfecto para este hervidero de ilusiones rotas, emociones a flor de piel y desastres sentimentales que es a su vez un jarro de agua fría a la cabeza del espectador más acomodaticio y menos autocrítico. Conviene, sin duda, acudir con el ánimo bien templado y las ideas bien claras para enfrentarse con esta durísima obra en la que un extraordinario epílogo esconde el verdadero secreto de la convivencia en pareja.

Tras el bajón de calidad que supuso "Jarhead", una cinta correcta pero no excesivamente interesante, en comparación a sus impresionantes predecesoras, San Mendes recupera los ingredientes que mejor sabe manejar (búsqueda de la felicidad a toda costa, familias disfuncionales en las que los hijos son las víctimas, amistades traicionadas, etc.) entregándonos una auténtica bomba de relojería emocional que a más de uno hará ir a rebuscar en su propia trastienda y realizar un necesario examen de conciencia.



Nota: 8

miércoles, 18 de febrero de 2009

Estreno: "Slumdog Millionaire" (Danny Boyle, 2008)

Cuando un director se estrena con dos bombazos tales como "Tumba Abierta" y "Trainspotting" se intuye que lo siguiente en llegar será, cuanto menos, un hito cinematográfico. Pero Danny Boyle alcanzó su techo demasiado pronto y la nueva gran esperanza del cine inglés no hizo sino entregar una película fallida tras otra una vez superados sus dos excelentes cintas de debut. Así, películas como "A life less ordinary"o "La playa" están a años luz de lo que prometía Boyle en sus inicios, mientras que las simpáticas "Millions" y "Sunshine" no pasan de ser meras anécdotas en su filmografía; tan solo la estupenda "28 días después" pareció presagiar la espectacular resurrección que este cineasta ha experimentado en el 2008.

Boyle, ayudado por la directora debutante Loveleen Tandan, consigue crear una película que mezcla a partes iguales sencillez y sofisticación, una mirada clásica con referentes en "El ladrón de bicicletas", "Oliver Twist" o "Salaam Bombay!" y una óptica moderna con otros referentes como "Ciudad de Dios" o la misma "Trainspotting", una cruda y desgarrada trama con una de las más bellas historias de amor vistas en pantalla en los últimos años.

El curioso punto de partida de la cinta, astuta metáfora sobre la globalización y sus consecuencias, es la participación del protagonista en el conocido concurso "¿Quiere ser millionario?" versión hindú, hilándose a través de sus respuestas a cada una de las preguntas del concurso su historia vital. Así, a modo de flashbacks, Boyle construye las no precisamente divertidas peripecias de dos hermanos y una amiga, los tres huérfanos, para sobrevivir en el caos que es Bombay antes y después de la mencionada globalización.

Unos excelentes y desconocidos protagonistas dan vida al trío protagonista a través de sus diferentes edades recreando la dureza de la vida en las calles de Bombay, y que se aleja de la típica postal de la India centrándose en la mísera subsistencia de sus habitantes menos afortunados. Este canto al ingenio y a la supervivencia tiene un punto de inflexión, a modo de hábil elipsis, en la caída del tren en la que los dos hermanos darán el paso definitivo a la madurez al descubrir lo que será su verdadero método para subsistir.

El estupendo guión de Simon Beaufoy, autor del también excelente libreto de la ya clásica "Full Monty", se basa en el libro "Q & A" del escritor y diplomático hindú Vilkas Swarup convertido ya en un best seller a tenor del inesperado (y merecidísimo) éxito crítico y comercial de la cinta, avalado con sus 4 Globos de Oro y sus 10 candidaturas a los Oscar. Mención aparte merece el apartado técnico (sonido, fotografía y montaje, todo ello nominado al Oscar), que consigue crear un envoltorio de lujo para este moderno cuento de hadas sobre la miseria y la crueldad.

Puede hablarse, por tanto, de la mejor y más importante película de Danny Boyle, quien 12 años después de su aclamada "Trainspotting" consigue una digna sucesora dando un paso cualitativo más allá y haciendo que prácticamente todas aquellas de sus cintas que median entre ambas puedan olvidarse sin mayor problema. Por cierto, que nadie se pierda los créditos finales de la cinta.


Nota: 8,5

lunes, 9 de febrero de 2009

Estreno: "El curioso caso de Benjamin Button" (David Fincher, 2008)

Lo peor que se puede decir del último trabajo del estupendo David Fincher es que se parece demasiado al "Forrest Gump" de Robert Zemeckis, que entre otras cosas será recordada por ser la película que arrebató el Oscar a "Pulp Fiction" (la vencedora moral) en la edición de 1995. Y es cierto que ambas películas comparten más de un nexo de unión: la visión de gran parte del siglo XX a cargo de un curioso y más bien cándido personaje, similares secundarios (capitán de barco borrachín, el amor imposible que es una artista rebelde, madre bonachona, etc...), mismo guionista, larga trama plagada de momentos emotivos, tufillo a Oscar de los que echan para atrás...

A pesar de todo, la cinta de Fincher tiene más que suficientes méritos propios como para no ser recordada como una revisión de ninguna otra película, o para ganar premios con absoluto merecimiento. Destacan en primer lugar unos prodigiosos efectos de maquillaje que ya desde el inicio del metraje sorprenden por su capacidad de transformar a actores conocidos (Cate Blanchett o Brad Pitt) en alter egos irreconocibles sometidos a los avatares del paso del tiempo (en uno u otro sentido).
Por otra parte, Eric Roth hila un excelente guión basándose lejanamente en un relato corto de F. Scott Fitzgerald, que consigue momentos realmente mágicos y emotivos, proponiendo una excelente metáfora sobre la fugacidad de la vida, la importancia del "carpe diem" y el valor de la diferencia.

El apartado técnico de la cinta es sobresaliente: La fotografía de Claudio Miranda, cámara habitual de Fincher y aquí por primera vez su director de fotografía, es simplemente deliciosa. El diseño de producción (recreando diferentes ambientes desde los años 20 del pasado siglo hasta la actualidad), preciso y meticuloso. El montaje es ágil hasta el punto de que los 166 minutos de metraje se soportan sin dificultad. La banda sonora del francés Alexandre Desplat se ajusta como un guante a la intensidad de la historia que se cuenta, si bien tal vez sobren algunos de los numerosos subrayados musicales. Y el maquillaje es absolutamente espectacular, pocas veces un Oscar ha estado tan cantado.

Por último, los tres grandes protagonistas de la función están a la altura de lo esperado: David Fincher continúa su ascenso hacia el Olimpo de los directores de Hollywood y tras entregar obras tan personales y poco convencionales como "Se7en", "El club de la lucha" o "La habitación del pánico" se disfraza de clásico y nos regala una cinta emotiva, rodada con grandeza y sin complejos y a pesar de ello plagada de toques personales (la escena del accidente, el prólogo del reloj, la batalla naval, etc.) y momentos de gran emotividad que esquivan la lágrima fácil recurriendo a la propia sensibilidad del espectador para funcionar.

Brad Pitt y Cate Blanchett vuelven a reunirse como pareja tras la excelente "Babel", mostrando incluso más química en esta ocasión, y especialmente Blanchett ofrece una interpretación extraordinaria, sobre todo hacia el final de la cinta. Brad Pitt sorprende en su encarnación de "niño-anciano" mezclando un rostro infantil e inocente con una caracterización de decrépito anciano y es cuando deja de estar caracterizado cuando la película pierde algo de fuelle, llegando a parecer por momentos un anuncio de perfume.

El inicio y el cierre de la cinta, marcados respectivamente por dos grandes acontecimientos globales como son el final de la Primera Guerra Mundial y el huracán Katrina, enmarcan esta gran historia que reflexiona hábilmente sobre el paso del tiempo desde una original perspectiva y nos hace plantearnos el verdadero valor del instante presente, única realidad de la que disponemos y único momento por el que deberíamos guiar nuestros actos.

De nuevo Fincher da en la diana y sin llegar a conseguir esa obra maestra de la que todo el mundo habla, es de agradecer que en Hollywood se siga apostando, aunque con cuentagotas, por el cine con mayúsculas y por los creadores sin complejos. Esperamos con impaciencia la próxima revisión de la cinta de animación de Ivan Reitman "Heavy Metal" que Fincher aborda actualmente; sin duda volverá a acertar.


Nota: 8,5

lunes, 26 de enero de 2009

Estreno DVD: "La niebla, de Stephen King" (Frank Darabont, 2007)

El largo idilio que el cineasta Frank Darabont y el escritor Stephen King celebran con éxito desde hace años tuvo sus inicios en el cortometraje "La mujer de la habitación" que el primero realizó en el año 1983 (curiosamente con el español Juan Ruiz Anchía como director de fotografía), suponiendo el debut cinematográfico de Darabont y sobre el cual Stephen King siempre dijo que era la mejor adaptación hecha sobre un relato suyo.

Tras esta prometedora carta de presentación, Hollywood le acogió como guionista a sueldo haciéndose cargo de los libretos de algunas "simpáticas" series "B" en los 80 como "La mosca II", "Pesadilla en Elm Street III" o "The Blob: el terror no tiene forma", además de convertirse en guionista habitual para las estupendas series "Las aventuras del joven Indiana Jones" y "Tales from the crypt" y de dirigir un primer largometraje que pasó prácticamente desapercibido, "Buried Alive".

Pero su consagración no llegaría hasta 1994, año en el cual realiza la adaptación del relato de Stephen King "Rita Hayworth and Shawshank Redemption" en la maravillosa "Cadena Perpetua", película de culto desde el momento de su estreno considerada por diversos sectores como una de las mejores películas de todos los tiempos y que supuso una auténtica declaración de intenciones de su director quien con un estilo clásico y sobrio hasta el extremo, una acertadísima dirección de actores y un guión sobresaliente y prácticamente perfecto consiguió la que posiblemente sea la mejor película hecha en Hollywood en los años 90.

Menor fortuna tuvieron la estupenda "La Milla Verde" (de nuevo una adaptación de Stephen King) y la curiosa "The Majestic", las cuales a pesar de sus innegables virtudes cinematográficas tuvieron que soportar la imposible comparación con la inmensa "Cadena Perpetua", más aún tratándose de historias que al desarrollarse en el mismo momento histórico desprendían cierto tufillo a intento de repetir el taquillazo.

Y ya en 2007 Darabont lo vuelve a intentar, esta vez aunando sus dos especialidades: las adaptaciones de Stephen King y el género de terror. Y da en el clavo. "La niebla, de Stephen King" (no confundir con la también excelente "La niebla, de John Carpenter") es una estupenda cinta de género, muy bien construida, con varias escenas antológicas y rodada con excelente pulso, que desarrolla una situación muchas veces vista en pantalla (grupo de gente atrapada en un espacio limitado sin poder acceder a ayuda del exterior) y la lleva un paso más allá alcanzando nuevas cotas en lo que a recreación de situaciones claustrofóbicas se refiere.

Un estupendo Thomas Jane lidera el solvente reparto plagado de caras conocidas, muchas de ellas habituales en los filmes de Darabont (William Sadler, Jeffrey DeMunn, Laurie Holden...), que consigue plenamente transmitir el agobio de la situación narrada, especialmente la notable Marcia Gay Harden cuya encarnación de una fanática religiosa constituye, por encima de la niebla y las criaturas que la pueblan, el elemento más aterrador de la cinta.

Darabont rueda con pulso firme, no precipita los acontecimientos y no tiene prisa por enseñar sus cartas. La gran metáfora que constituye la niebla, representando la necesidad de enfrentarse a lo desconocido como alternativa a la opresión que constituye una sociedad contaminada por una ideología religiosa, es algo que Darabont no pierde nunca de vista demostrando que a pesar de las espeluznantes criaturas que nos acechan fuera, los verdaderos monstruos los tenemos justo al lado, son nuestros vecinos, nuestros amigos y nos enseñan su verdadera cara en cuanto la situación no les es favorable.

Este alegato contra la naturaleza humana, sin apenas banda sonora y salpicado de sangre, mutilaciones, bichos y fanatismo, es también un desgarrador retrato del amor paterno-filial y de la capacidad de sacrificio, guardándose como baza final una conclusión de las que uno no podrá olvidar.

Con un estilo que puede recordar en ocasiones a cineastas como Spielberg o Carpenter y en otras incluso a Kubrick o Tarkovsky, Darabont nos entrega un nuevo clásico del cine de terror, deudor de los clásicos del horror claustrofóbico como "La Cosa" (al que hace un pequeño homenaje) o "Alien" que seguro no defraudará a los fans del buen cine de terror. Y mucho menos a los incondicionales de Stephen King.



Nota: 8






viernes, 16 de enero de 2009

Estreno DVD: "Tropic Thunder" (Ben Stiller, 2008)

Ben Stiller es un caso curioso dentro de la acomodaticia industria norteamericana del cine: Tras triunfar con un patético pero divertidísimo personaje en la desmadrada "Algo pasa con Mary" los productores de Hollywood se apresuraron en contratarle para repetir hasta la saciedad el mismo papel de desgraciado con buen corazón en diversos proyectos con mucha menos mala leche y muchísima menos gracia, caso de las infumables "...Y entonces llegó ella", "Duplex", "Strasky y Hutch", "Noche en el museo" o "Más que amigos", por poner algunos ejemplos, tratando de repetir la exitosa fórmula de los hermanos Farrelly.

Por otro lado, la carrera de Ben Stiller como director y actor ocasional en proyectos más comprometidos está plagada de títulos más interesantes repletos de humor ácido, guiones inteligentes y un agudo sentido crítico, lo que les ha otorgado la categoría de cintas de culto en diversos círculos, casos de la estupenda "Zoolander", la oscurísima "The cable guy", o sus colaboraciones con otros directores como en "Los Tenenbaums", "Amigos y vecinos" o "Tenacious D in the pick of destiny".


"Trophic Thunder" pertenece, sin duda, a esta segunda categoría, y en ella podemos encontrar todas las señas de identidad del Ben Stiller cineasta: una despiadada y divertidísima crítica a la industria de Hollywood y su maquinaria para rodar las grandes producciones, una acertadísima parodia de sus grandes estrellas, humor irreverente y una capacidad intelectual bastante superior a la mayoría de sus colegas hollywoodienses que recurrentemente entregan comedias sin gracia alguna semana sí y semana también.

Como en anteriores ocasiones, el director se rodea de un apabullante elenco de amigos/estrellas de Hollywood sin reparos a la hora de autoparodiarse o reírse de la industria que los ha encumbrado. Especialmente descacharrantes resultan las interpretaciones de Tom Cruise y Robert Downey Jr. recreando, respectivamente, a un obeso y alopécico representante de actores sin escrúpulo alguno y a un multioscarizado y obsesionado con el método actor/estrella de Hollywood.

Pocos son los objetivos que no se dedica a atacar un desmelenado Ben Stiller: el cine bélico y sus eternos tópicos, las películas sobre disminuídos psíquicos y los actores que los encarnan (genial el repaso que en un momento dado hace el personaje interpretado por Robert Downey Jr.), el negocio de la representación de actores y la falta de escrúpulos de sus responsables, las entregas de premios, los directores noveles a los que los megaproyectos de Hollywood les quedan demasiado grandes...

Hay diálogos y escenas antológicas a lo largo del metraje, buenos ejemplos de ello a cargo de los mencionados Cruise (ese baile que se marca junto a su ayudante frente a Matthew Mc Conaughey), o Robert Downey Jr. (El repaso a las películas sobre disminuidos psíquicos y su teoría sobre los premios recibidos por sus intérpretes, el misticismo de saldo que exhibe en casi cada una de sus frases, la absurda operación a la que es sometido para cambiar la pigmentación de su piel como metáfora del actor poseido por el método....), además de Nick Nolte (el héroe de turno falsamente encumbrado) o Jack Black (parodiando al prototípico actor de moda adicto a todo).

Curiosamente, la película, hecha desde el mismo sistema contra el que embiste, ha tenido una gran acogida por parte de la crítica e incluso ha sido nominada para varios premios de la industria, cosa por otra parte digna de agradecimiento. Sería, cuanto menos, curioso que ganara alguno.



Nota: 7,5