jueves, 25 de octubre de 2012

Estreno: "Lo imposible" (Juan Antonio Bayona, 2012)

Baste con observar atentamente los créditos iniciales de la nueva película de J.A. Bayona para comprobar dos datos de peso en lo que veremos a continuación: las palabras "verdadera historia" fijas durante unos segundos en la pantalla, y la participación de las empresas Mediaset España y Telecinco Cinema en la producción de la cinta. Es decir: el peso del reality, lo morboso, el ensañamiento con las escenas más crueles y un maniqueísmo digno de los más escabrosos "programas de actualidad" manchan lo que por otra parte hubiera sido un dignísimo ejemplo de "disaster movie" y que termina siendo una crónica detallada del sufrimiento rodado en primer plano, una colección de sádicas vueltas de tuerca en torno a una situación con la que la mayoría de los espectadores se sentirán identificados sin mayor problema.

Las virtudes puramente cinematográficas de la cinta finalizan apenas transcurridos 30 minutos de metraje, lo que abarcan las escenas de la llegada de la familia al supuesto paraíso y las espectaculares y magníficamente rodadas escenas del tsunami. A partir de ahí asistimos a un calvario que por momentos resulta difícil de soportar, rozando (y a veces traspasando) el límite de lo gore, cuando no del tedio o del ridículo. Sólo dos actores de la talla de Naomi Watts y Ewan Mc Gregor son capaces de mantener a flote la función; resulta trágico imaginar lo que en manos de otros actores (españoles) se hubiera convertido este reality de colosales proporciones que hace agua por todos lados menos por los apartados técnico e interpretativo.

Los impecables efectos especiales, la correctísima fotografía y las interpretaciones de los mencionados actores sirven de contrapeso a un guión plagado de tópicos que busca la lágrima fácil y si no lo consigue  fuerza la vuelta de tuerca para lograrlo en la siguiente escena, a una banda sonora cursi y sobreutilizada, a una dirección efectista y a un acabado impersonal y excesivamente "à la mode" que no termina de convencer por mucho que sus promotores se empeñen en convencernos de que "España va bien", al menos en lo puramente cinematográfico.

Bien por la familia en cuya historia se basa la cinta (por motivos obvios), bien por los productores de la cinta que a base de publicidad machacona en todas las cadenas de la empresa han conseguido hacer de este un aunténtico blockbuster revientataquillas, bien por los fans de los realities que verán colmadas sus expectativas y su sed de morbo y telerealidad. Mal por los espectadores cinéfilos que esperaban encontrar en esta la reconciliación con el cine comercial español. Otra vez será.



Nota: 4

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