lunes, 9 de febrero de 2009

Estreno: "El curioso caso de Benjamin Button" (David Fincher, 2008)

Lo peor que se puede decir del último trabajo del estupendo David Fincher es que se parece demasiado al "Forrest Gump" de Robert Zemeckis, que entre otras cosas será recordada por ser la película que arrebató el Oscar a "Pulp Fiction" (la vencedora moral) en la edición de 1995. Y es cierto que ambas películas comparten más de un nexo de unión: la visión de gran parte del siglo XX a cargo de un curioso y más bien cándido personaje, similares secundarios (capitán de barco borrachín, el amor imposible que es una artista rebelde, madre bonachona, etc...), mismo guionista, larga trama plagada de momentos emotivos, tufillo a Oscar de los que echan para atrás...

A pesar de todo, la cinta de Fincher tiene más que suficientes méritos propios como para no ser recordada como una revisión de ninguna otra película, o para ganar premios con absoluto merecimiento. Destacan en primer lugar unos prodigiosos efectos de maquillaje que ya desde el inicio del metraje sorprenden por su capacidad de transformar a actores conocidos (Cate Blanchett o Brad Pitt) en alter egos irreconocibles sometidos a los avatares del paso del tiempo (en uno u otro sentido).
Por otra parte, Eric Roth hila un excelente guión basándose lejanamente en un relato corto de F. Scott Fitzgerald, que consigue momentos realmente mágicos y emotivos, proponiendo una excelente metáfora sobre la fugacidad de la vida, la importancia del "carpe diem" y el valor de la diferencia.

El apartado técnico de la cinta es sobresaliente: La fotografía de Claudio Miranda, cámara habitual de Fincher y aquí por primera vez su director de fotografía, es simplemente deliciosa. El diseño de producción (recreando diferentes ambientes desde los años 20 del pasado siglo hasta la actualidad), preciso y meticuloso. El montaje es ágil hasta el punto de que los 166 minutos de metraje se soportan sin dificultad. La banda sonora del francés Alexandre Desplat se ajusta como un guante a la intensidad de la historia que se cuenta, si bien tal vez sobren algunos de los numerosos subrayados musicales. Y el maquillaje es absolutamente espectacular, pocas veces un Oscar ha estado tan cantado.

Por último, los tres grandes protagonistas de la función están a la altura de lo esperado: David Fincher continúa su ascenso hacia el Olimpo de los directores de Hollywood y tras entregar obras tan personales y poco convencionales como "Se7en", "El club de la lucha" o "La habitación del pánico" se disfraza de clásico y nos regala una cinta emotiva, rodada con grandeza y sin complejos y a pesar de ello plagada de toques personales (la escena del accidente, el prólogo del reloj, la batalla naval, etc.) y momentos de gran emotividad que esquivan la lágrima fácil recurriendo a la propia sensibilidad del espectador para funcionar.

Brad Pitt y Cate Blanchett vuelven a reunirse como pareja tras la excelente "Babel", mostrando incluso más química en esta ocasión, y especialmente Blanchett ofrece una interpretación extraordinaria, sobre todo hacia el final de la cinta. Brad Pitt sorprende en su encarnación de "niño-anciano" mezclando un rostro infantil e inocente con una caracterización de decrépito anciano y es cuando deja de estar caracterizado cuando la película pierde algo de fuelle, llegando a parecer por momentos un anuncio de perfume.

El inicio y el cierre de la cinta, marcados respectivamente por dos grandes acontecimientos globales como son el final de la Primera Guerra Mundial y el huracán Katrina, enmarcan esta gran historia que reflexiona hábilmente sobre el paso del tiempo desde una original perspectiva y nos hace plantearnos el verdadero valor del instante presente, única realidad de la que disponemos y único momento por el que deberíamos guiar nuestros actos.

De nuevo Fincher da en la diana y sin llegar a conseguir esa obra maestra de la que todo el mundo habla, es de agradecer que en Hollywood se siga apostando, aunque con cuentagotas, por el cine con mayúsculas y por los creadores sin complejos. Esperamos con impaciencia la próxima revisión de la cinta de animación de Ivan Reitman "Heavy Metal" que Fincher aborda actualmente; sin duda volverá a acertar.


Nota: 8,5

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