miércoles, 6 de agosto de 2008

Estreno DVD: "Los crímenes de Oxford" (Alex de la Iglesia, 2007)

Lo mejor que puede decirse del último (por ahora) film de Alex de la Iglesia es que consigue exactamente lo que se propone; lo peor es que lo que se propone no es demasiado. Una aparentemente compleja trama de asesinatos que en ocasiones parece sacada de una revista de pasatiempos o de cualquier libro de tests psicométricos, y tres (bueno, tal vez sólo dos) actores de primera línea son las pincipales bazas con las que cuenta el director bilbaíno para dar su segundo gran paso (el primero fue en 1997 con "Perdita Durango") fuera de nuestras fronteras cinematográficas.

Y si lo que se proponía De la Iglesia con esta incursión en el manido género del suspense británico en la más pura tradición de Agatha Chistie era ocultar su sello de identidad, ese toque de humor negro castizo que tan bien le sienta a todas sus películas, y no hacer historia con esta enésima revisión del asesinato al estilo victoriano, lo consigue plenamente.

Esta es, sin duda, la película menos personal del director de "El día de la bestia", que si bien contiene algunos elementos marca de la casa (el magnífico plano secuencia justo antes de comenzar los acontecimientos que presenta a todos los futuros sospechosos, algunos toques bizarros como la historia del amigo del profesor Seldom...), estos quedan completamente diluidos en una trama muy cogida con pinzas, bastante tramposa y carente de emoción.

Imprescindible para su disfrute es el hacer un esfuerzo por entrar en el juego que propone la película y ver quién sabe más sobre series lógicas, principios de indeterminación, teoremas matemáticos o teorías del caos, algo que De la Iglesia consigue sin demasiado esfuerzo. Pero más allá de este juego de acertijos, herencia sin duda del reciente éxito de libros como "El código Da Vinci", la película tiene poco más que ofrecer: una cuidada banda sonora a cargo de uno de los dos mejores compositores españoles de la actualidad, Roque Baños (el otro es, evidentemente, Alberto Iglesias), una estética muy lograda a cargo de un departamento artístico prácticamente debutante en la gran pantalla (excelente trabajo de Cristina Casali y Maria Chryssicos), y unas actuaciones correctas (John Hurt está espléndido y Frodo, perdón, Elijah Wood, cumple con su papel de "recién llegado que se vé sorprendido por los acontecimientos").

Destacable también la agradecida presencia del francés Dominique Pinon (no obstante, la película es una coproducción entre España y Francia) y la belleza de nuestra Leonor Watling en un personaje sin demasiado peso en la trama pero que hace que la película gane puntos en su apartado estético.

En definitiva, una película entretenida que requiere un alto grado de atención para no perderse en su enrevesada trama y poder sacarle todo el jugo, que agrada en lo visual pero que nos hace desear la vuelta del mejor Alex de la Iglesia, el de "El día de la Bestia" o "La Comunidad"; aunque, a priori, su próxima "La marca amarilla" no vaya a a transcurrir precisamente en esta dirección.



Nota: 5,5

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