"Los cronocrímenes", o "El primer largometraje de Nacho Vigalondo", como todo el mundo parece conocerla, es la mejor película de género hecha en España en muchísimo tiempo, al menos para quien suscribe esta crítica. Empezando por aquí hay que reconocer que la película no es perfecta ni mucho menos, aunque su extraordinario guión alcance la excelencia en diferentes puntos del metraje, y que sus virtudes literarias se ven mermadas en ocasiones por la torpeza interpretativa del propio Vigalondo, quien debería haber dejado su papel en manos de un actor más convincente.
Una vez aclarados ambos puntos no se puede sino disfrutar como un enano ante semejante derroche de precisión argumental, imaginación sana, ganas de contar y amor por un género en ocasiones infravalorado pero que ha aportado joyas imprescindibles e incontestables a la historia del cine.
El simpático guionista-realizador-actor cántabro que ya había conseguido un importante hito al ser nominado al Oscar de Hollywood por su magnífico cortometraje "7:35 de la mañana" ha logrado con su primer largo crear una espectación pocas veces vista en el cine nacional (Amenábar, De la Iglesia y sobre todo Santiago Segura serían sus principales referencias en este sentido), y ayudado de una inteligente campaña promocional en internet ha conseguido que a todos los aficionados al fantástico nos recomieran las ganas de contemplar el esperado debut.
La trama, de la que no voy a desvelar nada, recuerda especialmente a la trilogía de "Regreso al Futuro" y si bien comparte muchos de sus postulados, estéticamente la película se encuentra en las antípodas de los filmes de Zemeckis, recordando por momentos las atmósferas de otros realizadores como Juanma Bajo Ulloa, Julio Medem o incluso Michael Haneke o David Cronenberg, quien se rumorea como candidato para dirigir su remake americano de la mano de Tom Cruise.
Si bien el guión funciona con una precisión milimétrica y la ambientación sonora y visual es perfecta para la historia que se cuenta, la actuación de Vigalondo está a años luz de la de sus otros tres compañeros de reparto, especialmente de la del enorme Karra Elejalde, hasta el punto que cuando aparecen juntos en pantalla parece que estemos asistiendo a dos películas diferentes al tiempo. La evolución del personaje de Héctor que interpreta Karra Elejalde, desde su inocente comienzo en su nueva casa hasta llegar a ese final anti-climax y sabiamente apaciguado, es una metáfora en la que reflejar el crecimiento de esta obra, pronto de culto, a medida que avanza el metraje presicindiendo de efectismos y artificios, tan sólo a base de oficio y saber rodar.
Con una economía de medios ejemplar y una prácticamente total ausencia de efectos especiales el realizador ofrece toda una lección de lo que se puede hacer en un país como este, con una nefasta tradición de cine de género (salvemos a Amenábar, De la Iglesia, Urbizu y poco más) simplemente aplicando talento, imaginación y amor por el cine.
Nota: 8
martes, 8 de julio de 2008
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4 comentarios:
¡Un saludo majete! ¿Películas? hmmm... tema polémico entre nosotros, ja, ja... ¡Salud y rock 'n roll!
Max Shulabula
Buenas,
Como he comentado en mi crítica y en la crónica de Santander, la actuación de Vigalondo tiene muchos más matices de lo que parece.
Si te das cuenta él tiene que estar fingiendo no conocer a Karra desde el minuto 1, por lo cual es comprensible que parezca sobreactuado, ya que en la vida real ninguno (o casi nadie) somos grandes actores y pretender fingir ante una situación tan acojonante como que un tío que haya aparecido en tu máquina del tiempo, diciéndote que ha funcionado y que en 2 segundos va a aparecer otro Héctor y que tienes que tranquilizarle etc es la de dios, por lo cual si con todo eso lograses ser creíble serías Cary Grant y tu vida estaría en el cine.
Si te fijas cambian los matices de cuando el personaje del científico está hablando con Héctor "real" a Héctor repetido. Y cuando habla con el "real" se nota su asombro y acojono ante situaciones que no conoce y que le descolocan por completo, en las cuales puede actuar de manera natural.
Pero bueno, que para gustos los colores
:)
Saludos.
PD: Foxy Lady recibió un premio en Almería hace unas semanas.
Respecto al personaje de Vigalondo, ni me lo creo en la primera situación ni me lo creo en la segunda. Vamos, que no me convence en toda la película por muchos matices que pretenda transmitir; Repito que considero que su personaje habría ganado mucho con un actor más solvente, pero por supuesto, es una opinión personal.
Enhorabuena por el nuevo premio e "Foxy Lady" (uno más para la colección). Ya va siendo hora de que caiga también algún premio a la mejor canción ;-)
Pues sí, aunque la mayoría de festivales únicamente tienen premio a mejor corto. Algunas veces a mejor actor y actriz pero a otros departamentos es bastante raro.
Ahora mismo creo que solo hay 3 que tengan categorías en plan "Oscars".
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