Tal vez el hablar de obras maestras sea precipitado y el tiempo haya de pasar antes de semejante juicio, pero lo cierto es que las reglas del género se han visto reinventadas por este prodigioso realizador, objetivo de multitud de críticas principalmente basadas en su alejamiento de los esquemas clásicos del género fantastico.
Y eso es lo que ocurirá de nuevo con su "El incidente", todo un ejercicio de estilo que se aleja del clasicismo formal de "El bosque" o de la estética de cuento para adultos de "La joven del agua", sus dos últimas obras, y se sumerge directamente en el homenaje a la serie B de décadas pasadas.
Con un comienzo arrollador que coge totalmente desprevenido al espectador, la película puede presumir de un ritmo incansable que sólo baja el pistón hacia el final, tiempo para la inevitable reflexión-moralina que constituye el punto más débil no sólo de esta película, sino de toda su filmografía.
Todos los temas recurrentes en el cine de Shyamalan están presentes: la incomunicación en la pareja, el fortalecimiento de los lazos familiares, el miedo a lo desconocido, el miedo a uno mismo, y si bien su capacidad para sorprendernos con inquietantes vuletas de tuerca a las normas del género y escenas absolutamente desasosegantes (el travelling con una pistola como protagonista, la grabación en video que aparece en el móvil de uno de los personajes, el desenlace con la anciana), su punto más discutible reside en la resolución de sus tramas, ñoñas para algunos, sublimes para otros, que dejan al descubierto las principales obsesiones de este nuevo "maestro del suspense", alumno aventajado de Spielberg (con quien comparte muchas de esas obsesiones) y de Hitchcock que aún no lo ha dicho todo en el género fantástico.
Sin pretender descubrir ningún aspecto de la trama, ya que la sorpresa es la gran baza del cine de Shyamalan, adivino una nueva polémica entre detractores y defensores de este, para mí, inmenso contador de historias y que para los más puristas (o menos exigentes) seguidores del género fantastico no dejará de ser un bluff. Los amantes del cine en general lo tenemos hace tiempo ya en un pedestal.
Nota: 7,5